El hombro es la articulación más flexible del cuerpo, porque puedes alcanzar rangos de movimiento muy amplios. Aun así, en algún momento, por alguna causa, puedes tener una luxación, sentir que el hombro se ha dislocado. Este evento se conoce como inestabilidad de hombro.
En general, existen tres causas para una inestabilidad de hombro:
- Una lesión, como un fuerte golpe, una caída, provoca que tu hombro se disloque.
- Una condición genética permite que presentes mucha laxitud, mucha elasticidad en las articulaciones, lo que eventualmente te puede inducir inestabilidad atraumática.
- El lábrum se ha desgastado como resultado de actividades repetitivas como lanzar, cargar o levantar los brazos por encima de la cabeza. Al hueso le hace falta ese anillo para mantenerse en su lugar.
La inestabilidad de origen traumática es muy común en atletas jóvenes. Se estima que el 70% de estos pacientes al tener la primera luxación entre los ocho a trece años, desarrollan inestabilidad recurrente. Por el contrario, los pacientes con edades por encima de los cuarenta años al momento del primer episodio de luxación, tienen menos del 10% de riesgo de desarrollar inestabilidad crónica.
Link a video: https://www.youtube.com/watch?v=KjD5MXGOUJ8
¿Qué sucede cuando el hombro se disloca?
Imagina dos piezas: una esfera y una cavidad poco profunda. La esfera es la cabeza del hueso húmero, ubicado en la parte superior del brazo. El hueco es la cavidad glenoidea, una depresión del omóplato. La cabeza humeral se apoya sobre la cavidad glenoidea. El lábrum, una pieza clave en esta estructura, es un cartílago que actúa como un guardachoque y mantiene la cabeza humeral firmemente dentro de los glenoides y le da profundidad a esa cavidad. Además, en el lábrum se insertan los ligamentos estabilizadores del hombro.
Si el lábrum se rompe, el soporte normal de estos ligamentos se pierde y el humeral se desplaza.
Si los ligamentos de soporte se lesionan, permiten que el humeral se salga de la cavidad.
Las luxaciones más comunes y que más frecuentemente llevan a inestabilidad traumática son la luxación hacia delante del cuerpo y la inferior (hacia los pies).
Síntomas y signos de una luxación de hombro
Si tienes el hombro luxado generalmente tendrás estos síntomas:
- Dolor intenso
- El movimiento está severamente restringido
- Tu hombro toma la apariencia de estar colgado hacia abajo y adelante.
- La cabeza humeral es visible como una prominencia en la parte de adelante del hombro o en la axila.
Diagnóstico
Como regla general, una luxación traumática es muy evidente. El ortopedista reconocerá el problema al ver al paciente sostener el brazo contra el cuerpo para evitar cualquier movimiento, observa el hombro caído y una prominencia en la axila.
En otros casos el diagnóstico puede ser más difícil, porque no hay signos evidentes de lesión. Los pacientes reportan sentir el hombro “resbalarse” antes de que el hueso regrese sin ayuda a su sitio.
Para obtener pruebas del estado de tu hombro, el especialista solicitará pruebas diagnósticas como estas:
- Te tomarán Rayos X para confirmar la luxación y su dirección. Además, mostrarán si hay una fractura tipo “Bankart Óseo”, que indica que el lábrum y los ligamentos en la parte anterior del hombro ya no están bien insertados en su posición normal en la cavidad.
- Te puede ordenar un artrograma o una resonancia magnética, exámenes que permiten ver el estado de los tejidos blandos, para evaluar el estado del lábrum y los ligamentos.
Tratamiento
Muchos tratamientos consisten en devolver el brazo a su origen, en una técnica de tracción-contracción, llamada reducción. Usualmente requiere de la ayuda de un experto. Algunos individuos con luxaciones recurrentes aprenden ellos mismos a reducir la luxación.
La primera vez puede ser difícil. La contractura muscular causada por el dolor puede atrapar la cabeza humeral contra la glenoides. Sin medicación, algunos pacientes son incapaces de relajar la musculatura del hombro y permitir la maniobra.
Una tracción sostenida y suave son necesarias para alcanzar una reducción. Después, te realizarán nuevamente Rayos X para verificar la correcta ubicación de la cabeza del hueso y valorar otras lesiones. El alivio al dolor debe ser inmediato. Sin embargo, te recomendarán usar un cabestrillo por algunos días para proteger el hombro y evitar molestias.
Terapia física
El tratamiento no quirúrgico para la inestabilidad recurrente del hombro se centra en la terapia física. El fortalecimiento de los músculos del manguito rotador y la musculatura alrededor de la escápula brindarán estabilidad a la articulación. La meta de la terapia física es ayudar a la musculatura alrededor del hombro a proveer la estabilidad que los ligamentos rotos ya no pueden proveer.
Con frecuencia, la terapia física ayuda a recuperar el movimiento perdido, reduce la aprehensión a realizar algunos movimientos y recupera la función del hombro.
Si eres de los pacientes que tienen su primer episodio de luxación y no has desarrollado inestabilidad recurrente, tienes grandes posibilidades de recuperar el movimiento en el curso de cuatro a seis semanas de terapia física.
Por el contrario, si eres un paciente con inestabilidad recurrente, necesitarás periodos más largos de rehabilitación para fortalecer la musculatura del hombro. Seguramente, te recomendarán ejercicios diarios para ayudar y prevenir futuros eventos de inestabilidad.
Cirugía para la inestabilidad del hombro
El ortopedista subespecializado en hombro te recomendará tratamiento quirúrgico si la inestabilidad recurrente de hombro no puede ser controlada con terapia física y estás perdiendo movilidad. La meta de la cirugía será recobrar la estabilidad del hombro con la máxima funcionalidad posible.
Así mismo, la cirugía será la mejor alternativa para pacientes jóvenes, que tienen un riesgo más alto de repetir luxaciones, y en atletas de contacto, que piensan seguir su participación en deportes.
Por eso, las estrategias de tratamiento se diseñarán con base en tu estilo de vida, edad y necesidades. Tendrás estas opciones:
- Reparación abierta del lábrum
En este procedimiento se realiza una incisión de dos a tres pulgadas en la parte anterior del hombro. Se repara el lábrum y se tensiona la cápsula anterior para disminuir su tamaño. Esta cirugía es exitosa en aproximadamente el 95% de los casos para eliminar luxaciones recurrentes.
- Técnicas artroscópicas:
Esta técnica consiste en la inserción de un pequeño aparato de fibra óptica (artroscopio) que está conectado a un monitor de video en el quirófano. Así, el cirujano inspecciona todos los tejidos del hombro. Luego, introduce otros instrumentos para reparar los desgarros. Los procedimientos artroscópicos son usuales en la reparación de lesiones tipo Bankart, lábrum roto, reparación del lábrum desinsertado y disminución de la laxitud de la cápsula. Las técnicas artroscópicas tienen un 80% de éxito.
Los procedimientos que se utilizan para inestabilidad anterior del hombro intentan restaurar la anatomía normal sin tensionar los ligamentos más de la cuenta. No obstante, todos producen algo de pérdida del movimiento.
Recuperación
Durante la recuperación, es normal el uso de un cabestrillo por las primeras cuatro a seis semanas. Esta inmovilización protege el lábrum reparado mientras se cicatriza la glenoides. La cicatrización dependerá de las suturas usadas para asegurar el lábrum.
El cabestrillo te permitirá hacer movimientos de codo y muñeca.
Después, cuando el especialista lo indique, podrás iniciar la terapia física. Por un tiempo aproximado de ocho semanas, te harán énfasis en recuperar arcos de movilidad y fuerza muscular.
Si juegas tenis o el béisbol, estarás listo para reiniciar unos tres meses luego de cirugía.
Mira este video para conocer los ejercicios de fortalecimiento para lesiones de hombro:
Link a video: https://www.youtube.com/watch?v=GGsTDL6Ooso
Riesgos
En general, el hombro operado no debe perder más de 10° de rotación externa.
Sin embargo, puede ocurrir una pérdida del movimiento severa como consecuencia de sobre tensionar la cápsula anterior. También, que la cirugía no sea efectiva y persista la inestabilidad de hombro.
Otros riesgos pequeños (menos del 1% de todos los casos) incluyen infección, rigidez postquirúrgica, daño nervioso y lesión a vasos sanguíneos.
Te puede interesar:
https://clinicadelcampestre.com/blog/ortopedia/ruptura-manguito-rotador
https://clinicadelcampestre.com/blog/ortopedia/diagnostico-pinzamiento-subacromial