PROGRAMA DE REHABILITACIÓN

Dedicado a todas las personas que hoy, en tiempos de pandemia,  viven por si mismos una discapacidad o tienen la responsabilidad del cuidado de una persona que sufre las consecuencias de esta. Nuestro acompañamiento, solidaridad  y apoyo en su gran reto de vida.

Por: Diana Patricia Martínez Trujillo MD, MSc. Médica Especialista en Medicina Física y Rehabilitación – Fisiatría,  Clínica del Campestre.

Hablar de un programa integral de rehabilitación, entendido como tal, es definir un proceso de acompañamiento, ayuda y crecimiento a partir de una limitación,  deficiencia o enfermedad.  El objetivo principal de un programa de rehabilitación, debe estar centrado  en  permitir a cada paciente,  trabajar junto a su equipo de atención por un mejor desempeño funcional e independencia personal. Se trata de un trabajo compartido, entre el paciente que ha sufrido una enfermedad o sufre las  consecuencias de ésta y el equipo de atención en rehabilitación, teniendo  una comunicación horizontal en la cual se plantean objetivos claros y definidos.

En los procesos de rehabilitación  se habla de metas a mediano y largo plazo propuestas por el paciente, su familia y el equipo de atención, basadas en el conocimiento académico e  individual del potencial de cada persona a partir de su enfermedad y de las limitaciones que podría tener. El interés común de un programa de rehabilitación, es devolver a la  sociedad, en las mejores condiciones posibles,  desde el punto de vista físico, cognitivo, psicológico y social, a los hombres y mujeres que sufren una discapacidad.

Se trata de una práctica médica basada en la responsabilidad que tenemos de  actuar para bien  y en mejor interés en el proyecto de vida de los pacientes. Sabemos que hoy, existe cada vez más  conciencia de la importancia de dejar atrás el enfoque tradicional de la intervención en salud, cuyas metas estaban fijas sólo en la atención de la enfermedad como tal y dirigir  las acciones de intervención terapéutica, en conceptos tales como bienestar, dignidad y calidad de vida. De manera adicional cada vez más debemos incluir dentro de la evaluación de la enfermedad y la discapacidad, el concepto de proyecto de vida, un concepto que toma aún más fuerza en el cuidado de la salud, si pensamos cómo los problemas de salud han cambiado en la actualidad  y la cantidad de vida medida en años de supervivencia, por si solas, empiezan a perder fuerza como cualidad calificadora de la eficiencia de los servicios de salud.

El aumento en la prevalencia de las enfermedades crónicas y degenerativas, producto de los diferentes avances tecnológicos y junto a estos, el mejoramiento de los servicios de atención en salud, han permitido alcanzar entre muchos, la recuperación significativa de un estado de salud deteriorado y se ha podido lograr la prolongación de los años de vida; lo cual es claro,  no debe ser simplemente la conservación de algunas funciones vitales. De esta manera la conciencia tanto individual como colectiva de los miembros de la sociedad,  sobre sus derechos en salud y bienestar, han favorecido el equilibrio en la acción médica,  entre el mantenimiento de la vida y el mejoramiento de la calidad de vida relacionada con la salud y el respeto por el proyecto de vida de cada individuo.

Por tanto, la rehabilitación del paciente discapacitado crónicamente enfermo,  no debe basarse simplemente en la aplicación  de una serie de técnicas restaurativas o la prescripción de aditamentos tecnológicos, se trata de una filosofía de responsabilidad médica, en la que se asume al paciente como un ser digno, que necesita de una atención integral, que le permita estar incluido en la sociedad a la cual pertenece y en la cual se desarrolla su proyecto de vida.